UNA JOVEN TERRASSENCA DIRIGIRÁ UNA MANADA DE OVEJAS EN UNA FINCA DE 300 HA DENTRO DE LOS PROYECTOS AGRARIOS Y DE PROTECCIÓN DEL MACIZO
Dice que ha heredado su vocación del abuelo y del padre, que siempre tuvieron manadas, a pesar de que más bien pequeños y para autoconsumo. Ahora, pero, Míriam Ramírez quiere hacer del pastoreo su futuro profesional, su modus de vida. No se puede decir que sea un caso excepcional, pero la particularidad de esta terrassenca de 26 años es que, si nada lo cambia, se convertirá en la primera pastora del macizo de Montserrat.
De hecho, ya está ejerciendo, a pesar de que en fase de aprendizaje y en proceso de consolidarse. Rodríguez se convertirá en un eslabón más del proyecto que ha puesto en marcha en el entorno del parque natural montserratí, de acuerdo con los propietarios forestales para conseguir establecer explotaciones rentables de pasto y, a la vez, conseguir que con su actividad se creen barreras protectoras contra los incendios.
Ahora hace un tiempo, el padre de MíriamRamírez empezó a dirigir una manada de una cinquatena de ovejas de una finca de Ramon Soler, de la quesería Hace falta Pujolet de Marganell. Explica que «entre los dos me dieron la oportunidad de ir aprendiendo a hacer yo de pastora y de irme adentrando en esta actividad».
Con su padre y esta manada ha ido tirando la práctica sobre el terreno «y cada vez me ha gustado más», afirma. Una formación práctica que ha compaginado con unos estudios de auxiliar de ganadería que ha cursado on-line, a la vez que ayudaba su padre con la manada.
Ahora, gracias a un proyecto impulsado por la Diputación de Barcelona y la Asociación de Propietarios Forestales Entornos de Montserrat, podrá hacer realidad su sueño y tendrá la oportunidad de vivir en una masía –que estaba en ruinas y que se está rehabilitando- a los pies de Montserrat y una manada que aspira que pueda llegar a ser de unas 400 ovejas. Su caso ha estado posible gracias a un acuerdo con los propietarios de la finca que permitirá lograr dos objetivos: dinamizar el territorio y prevenir incendios, puesto que su manada ayudará a conservar neto el bosque.
La manada de Míriam Ramírez pacerá por una finca de 300 hectáreas y ayudará a mantener neto el sotobosque, y evitar así el elevado riesgo de incendio de esta zona. La leche de sus ovejas se llevará a la quesería Hace falta Pujolet, de Marganell, uno de los principales productores de la zona. Su propietario, Ramon Soler, se ha mostrado satisfecho con la iniciativa, puesto que le permite hacer una economía de KM0, «que el consumidor valora». El valor esencial del proyecto es que tiene aprovechamientos diversos, puesto que tanto genera actividad económica como ayuda a crear franjas de protección, puesto que las manadas son los grandes limpiadores del sotobosque.
Para poder salir adelante la iniciativa que hará del pastoreo el oficio de Míriam Ramírez, también se han incorporado al proyecto Espacio Maceta, un programa que tiene como finalidad principal promover el relevo generacional en las actividades agrícolas y ganaderas. Engloba fincas condicionadas para incentivar proyectos agrícolas o ganaderos en un entorno seguro y facilitar la incorporación progresiva de personas nuevas al campo.
Rodríguez explica que en su caso llevará una manada de ovejas por el aprovechamiento que se hará de su leche, y también porque «son más dóciles, más fáciles de llevar. La cabra es más punyetera». Ahora lo esperan unos meses en qué todos los elementos se tienen que ir completando y juntando: su formación, las obras de rehabilitación del cortijo donde prevé trasladarse con su familia y el crecimiento progresivo del que será su manada. «Ahora tengo claro que esto es al que me quiero dedicar. Quiero poder vivir». Mientras tanto, sigue su aprendizaje junto a su padre, cogiendo confianza con las ovejas y con el perro, de quien dice que «todavía falta pulir en algunos aspectos, pero que trabaja muy bien».