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[av_heading tag=’h3′ padding=’10’ heading=’Los abrevaderos de los rebaños trashumantes’ color=” style=” custom_font=” size=” subheading_active=” subheading_size=’15’ custom_class=”][/av_heading]
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En el Mediterráneo, el agua para la ganadería es casi tan importante como el mismo pasto, porque dependiendo del tipo de alimentación que necesite el rebaño y de las situaciones ambientales, es de vital importancia para la supervivencia del ganado y más cuando en muchos lugares el agua es un recurso muy escaso.
El régimen pluviométrico tiene unas pautas de comportamiento con una acusada estacionalidad e irregularidad. Este contexto climático es propicio a que cíclicamente haya carencia de precipitaciones, comportando que muchas actividades agropecuarias sufran el estrago de las sequías. Tradicionalmente, para hacer frente a todas estas eventualidades, había una arraigada cultura para aprovechar este limitado bien de una manera sensata y responsable, para que todo el mundo sacara el máximo provecho.
En Cataluña podemos encontrar un amplio abanico de ejemplos de todo este tipo de aprovechamiento hídrico, que va desde los derechos consuetudinarios que regulan su consumo, pasando por las diferentes formas de almacenarla, hasta los distintos procedimientos para usarla, a parte del extenso patrimonio que ha dejado la arquitectura popular en el uso de este elemento.
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[av_toggle title=’Los Derechos de Abrevadero’ tags=”]
Un abrevadero es un lugar donde normalmente se mantiene un buen nivel de agua, incluso en épocas de sequía extrema. A veces, este uso tiene la particularidad de que el acceso a él suele estar reglamentado por un derecho de paso. Sin embargo, este uso se regula mediante una correlación de derechos. Su amparo solo se hacía en situaciones excepcionales. Estos derechos en muchos casos significaban un largo desplazamiento, ocasionando al ganado un desgaste energético añadido.
Los derechos de abrevadero se mantuvieron durante siglos en el recuerdo de la gente, porque eran un valioso recurso para la subsistencia en épocas de escasas precipitaciones. Estos se iban transmitiendo de padres a hijos, aunque fuera posible que alguna generación tuviera la suerte de no utilizarlos porque el clima pasara por un ciclo de bonanza pluviométrica.
Las casas ganaderas, para recordar que tenían estos derechos usaban la sencilla estrategia de utilizarlas alguna vez al año aunque no fuera necesario, en mayor medida en los abrevaderos particulares. Así, de esta forma, revalidaban su derecho y, al mismo tiempo, recordaban a los demás usuarios la existencia de esta costumbre.
El camino para llegar hasta el agua es casi tan importante como esta misma. Antiguamente una brizna de hierba tenía su valor y los caminos de abrevadero que atravesaban las fincas particulares tenían en muchos casos mojones, que marcaban el recorrido y el ganado no podía traspasarlos ni consumir la hierba de la propiedad.
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[av_toggle title=’Tipos de abrevaderos’ tags=”]
Abrevaderos de Camino
Una de las premisas básicas en ganadería para hacer desplazamientos trashumantes es la de poder alimentar e hidratar el ganado durante el camino. Hay veces que la misma hidrografía proporciona el agua fácilmente, al atravesar cauces de barrancos, ríos o arroyos; sin embargo, muchas veces, cuando los caminos ganaderos transitan por zonas áridas o por cumbres de montaña, no se da esta posibilidad. Entonces, los puntos de agua como fuentes y balsas que se encuentran cerca de la vía pecuaria tienen una importancia vital y pasan a ser un elemento más de la vía pecuaria.
También hay que mencionar que en muchas rutas antiguas, como calzadas romanas o caminos reales (muchas veces las vías pecuarias se solapan con estos), encontramos fuentes adaptadas con varios recipientes para contener el agua sobrante.
Abrevaderos salobreños
La geografía catalana tiene importantes contrastes paisajísticos, entre los que cabe destacar las marismas litorales. Estos medios se caracterizan por tener zonas inundables, haciéndolos muy adecuados para la práctica de la ganadería. En el Baix Penedès, en el municipio de Calafell hay un abrevadero muy peculiar; su agua es salada. Antiguamente, antes de que esta zona se desarrollara turísticamente y urbanísticamente, era un lugar de recepción de rebaños trashumantes invernales.
La utilización de este abrevadero estaba limitada a dos veces por semana; así, aportaban al ganado la sal necesaria para complementar la dieta alimentaria. Muy probablemente esta práctica podría estar extendida por toda la zona de costa, donde hubiera lagunas de las mismas características.
Los abrevaderos compartidos
Suelen ser fuentes y se dan cuando dos pastos comunales limitan y uno no tiene agua. El ganado que no tiene agua puede entrar en el otro pasto que sí que tiene en un punto prefijado el tiempo justo y necesario para abrevar. También puede darse el caso de que el derecho a entrar en un comunal pertenezca a una o más fincas particulares que pertenezcan a otro municipio.
Los abrevaderos particulares
Son aquellos abrevaderos que están ubicados en fincas privadas. Normalmente, el camino para acercarse al abrevadero es una servidumbre de paso y suele estar acotado.
Los abrevaderos fijos
Estos puntos de agua suelen estar situados en los pastos de montaña. Sus usuarios son los rebaños de ganado de la partida comunal correspondiente. Normalmente, los ganaderos pactan turnos para abrevar, para prevenir que coincidan varios rebaños y evitar que se mezclen entre ellos. La fuente del Teix, en la Sierra de Cardó, es un magnífico ejemplo de este tipo y, al mismo tiempo, de como el hombre en el mediterráneo aprovecha este recurso tan escaso.
Los abrevaderos colectivos
Dan servicio a una zona amplia. En algunos casos, sus usuarios se encuentran alejados del lugar y no son residentes en el municipio donde está ubicado el punto de agua. En este tipo de abrevaderos no hace falta servidumbre de paso ya que los caminos son de carácter público o vía pecuaria.
Los abrevaderos limítrofes
A veces sorprende que una minúscula parte de un territorio municipal confronte con un río, un arroyo o una fuente. Este hecho no es casual ni ningún capricho geográfico, sino que es una estrategia previsora para que sus habitantes y animales tengan el agua asegurada. El abrevadero del pantano, en la riera de Marmellar, es un interesante ejemplo de cuando los derechos de abrevar configuran las delimitaciones municipales. El punto de abrevadero es una esclusa derruida en la riera de Marmellar, en el encajonado Valle del Infierno, entre las poblaciones del Pla de Manlleu y Bonany. En este lugar lindan 5 propiedades diferentes.
Los abrevaderos transfronterizos
Desde muy antiguo (siglo XII), encontramos que los valles de ambas vertientes de los Pirineos tenían acuerdos para facilitar el comercio entre ellas, así como para establecer, también, los mecanismos para solucionar las disputas de bienes compartidos, como podían ser los bosques y los pastos. Con la delimitación de la frontera y con la consecuente conformidad entre los dos estados (1856) quedaron abolidos todos estos acuerdos ancestrales. En el tramo fronterizo con Andorra no hay ningún acuerdo que reconozca el límite de los dos estados.
El Tratado de Bayona (1862-1868) volvió a reconocer, al menos parcialmente, los derechos de carácter ganadero. En total, a ambos lados del Pirineo encontramos 32 zonas con derechos de pasto (repartidas entre pastos conjuntos, derechos limitados de pastos, derechos de paso y aprovechamiento de aguas conjuntas). Así mismo, en este ámbito, sin estar reconocidos por ningún tratado, hay otros abrevaderos que desde antaño los ganaderos de un lado y del otro del Pirineo han utilizado.
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[av_toggle title=’Diferentes lugares donde se abreva’ tags=”]
Las balsas
Sin lugar a dudas, las balsas han sido el sistema que más se ha utilizado, ya que era la manera más fácil y eficiente de acumular grandes cantidades de agua. Mayoritariamente están ubicadas en zonas de gran aridez y con poca circulación hídrica. Estructuralmente son muy sencillas ya que son un pequeño estanque que aprovecha una depresión de un terreno que tiene propiedades de estanqueidad para acumular agua, tanto de lluvia como de los sobrantes de las fuentes. A veces el hombre las agranda y las modifica dependiendo de sus necesidades.
Normalmente, son unos elementos rústicos y sencillos, sin ningún tipo de trabajo adicional; pero, también, encontramos ejemplos recubiertos de piedra seca, excepto una parte donde se mantiene una pendiente regular para facilitar el acceso para abrevar. Las formas que más abundan son las de círculo, semicírculo o cuadradas. Su mantenimiento es muy simple, ya que solo es necesario limpiar de vez en cuando los sedimentos que arrastra el agua. La sabiduría popular tiene la creencia de que esta tarea debe hacerse con luna vieja, porque así no pierde sus propiedades de permeabilidad.
Como ejemplo de la importancia de las balsas como lugares predilectos para abrevar los rebaños, podemos dar un vistazo a los expedientes de clasificación de vías pecuarias de la desaparecida ICONA. Muchas de estas balsas están reflejadas como un anexo más de la vía pecuaria. De igual modo, coincide que los alrededores de la balsa son el punto de cercado, es decir, el lugar donde puede parar y descansar el ganado.
Hasta hace pocas décadas, en casi todas las poblaciones había una balsa comunal para abrevar los animales y ganado; sin embargo, la socialización del agua y su posterior desuso, junto con los cambios y crecimientos urbanísticos, llevaron a que muchas acabaran transformadas en plazas públicas para el ocio de la ciudadanía.
Las fuentes
Son otro recurso hídrico muy utilizado por la ganadería. Las fuentes del Común son un interesante modelo ya que aseguraban la subsistencia a una parte importante de territorio. Su estructura estaba diseñada para ser multifuncional, ya que su caudal se aprovechaba hasta la última gota. El chorro de la fuente era para el consumo de boca, el agua sobrante iba a un gran abrevadero para el uso del ganado. Después, el agua llenaba los lavaderos para hacer la colada y por último el agua sobrante se decantaba hacia la balsa de los huertos.
Otras fuentes esparcidas por el territorio, tienen que estar equipadas con abrevaderos para ser de utilidad. Estos recipientes pueden ser de diferentes formas y materiales, dependiendo de la disponibilidad del lugar. Normalmente, suelen ser troncos vaciados a golpes de hacha. En otros lugares son de piedra picada y se llaman “pica”.
Los ríos
Algunos ríos, arroyos y torrentes, con caudal de cierta entidad y con suficientes recursos para aguantar el golpe de las sequías, suelen ser otros lugares donde hay abrevaderos. En las épocas de sequía extrema, los puntos de agua se reducen a gargantas y hoyos profundos, ya que en estos lugares debido a su particularidad geológica se almacena agua de forma natural.
Dentro de la red de vías pecuarias hay algunos caminos que tienen como única misión llegar a la ribera de un río con la única finalidad de abrevar el ganado.
Pozos, cisternas y aljibes
Este tipo de infraestructuras sirven para captar agua de lluvia y se encuentran habitualmente en lugares de nula circulación hídrica. Están ubicadas en las cercanías de vías pecuarias o en zonas donde había una activa presencia ganadera. Su construcción suele ser de piedra seca, siendo en muchos casos un patrimonio de arquitectura popular de un gran interés. Para los rebaños trashumantes, su utilización es poco operativa ya que la elevación del agua es por medios manuales, pero en cambio tienen una gran utilidad para los rebaños estantes.
“Cocons”
Los “cocons” son otra manera de almacenar agua pluvial, aprovechando las formaciones naturales. Normalmente, estos charcos están ubicados en la roca viva y, mayormente, en lugares calcáreos. El origen de estos hoyos es debido al proceso de erosión. Las formas y dimensiones son variadas y a veces el hombre los modifica y agranda para sus necesidades e incluso se envuelven en algunos casos con una cubierta de piedra seca para mantener el agua con mejores condiciones de salubridad.
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[av_toggle title=’¿Qué habría que hacer para evitar su expolio?’ tags=”]
Históricamente, una de las claves de la supervivencia de las vías pecuarias y de los abrevaderos es que, más que caminos, han sido unas herramientas eficaces e indispensables para llevar a cabo la cotidianidad pastoril. El hecho de transitarlas conllevaba su mantenimiento y la reivindicación de su secular derecho de paso. Desgraciadamente, hoy en día al no ser empleadas se provoca todo lo contrario, terminando muchas de ellas expoliadas y, lo que es más grave, desapareciendo de la memoria colectiva.
Para hacer frente a toda este cúmulo de adversidades, se debe divulgar a la ciudadanía su valía como infraestructura medioambiental y alentar a la administración para que tome las medidas adecuadas para catalogar y clasificar este inestimable patrimonio colectivo.
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